miércoles, enero 31, 2007

Si y que ??

Después de analizarlo detenidamente, debo confesar públicamente que soy un fetichista, aclarando que lo soy, en cuanto a la veneración de ciertos objetos.

Las condiciones actuales nos han llevado a prescindir de algunas cosas, convirtiéndolas, a su vez, en posesiones intangibles traducidas en simple código binario, lo cual, aún sigue sin convencerme del todo.

No que esté en contra del intercambio digital y las ventajas que actualmente ofrece la tecnología en el manejo y procesamiento de Información, sin embargo, considero que hay cosas que nunca deberían de dejar de ser eso, cosas, a pesar de los múltiples avances tecnológicos.

Entrando en materia, me refiero específicamente a los discos y el arte que estos contienen. Cada vez es más recurrente la práctica de comprar música en línea, teniendo la posibilidad de adquirir puntualmente algunas canciones o inclusive un Disco completo, lo cual, de suyo, tiene algunas ventajas, entre las cuales tendríamos las siguientes:

1. Principalmente la inmediatez, con un par de clicks se puede acceder al producto deseado
2. La posibilidad de tener la música en diferentes dispositivos, lo cual la vuelve sumamente portátil
3. En ocasiones evita la pena de comprar un disco del que, quizás, sólo nos gusten un par de canciones (no odian que eso ocurra?).

Sin embargo, el disco como objeto, cuenta con atributos que, invariablemente le corresponden a esa pieza material, y que son insustituibles.

En lo personal, me resulta muy intensa la sensación de tener un disco en la mano, quitar el celofán que lo protege y encontrarme con una parte del esfuerzo creativo de los artistas reflejado en el arte de la portada, lo que contiene el booklet, el olor a nuevo que efímeramente nos ofrece, etc. Es más, usualmente acostumbro leer los agradecimientos de la banda, a veces uno se puede encontrar cosas muy interesantes y curiosas en estos.

En fin, quizás esta es una más de esas señales que me dicen que estoy envejeciendo, pero, para mi, no hay nada como comprar discos – objeto, pues de lo contrario, sería como sólo tener amigos en el Messenger.

Usted qué opina ????

domingo, enero 21, 2007

Ausencia

Vienes y vas una y otra vez,
como el viento de noche
que me canta tu nombre al oído,
como hechizo que gira en espiral
y te invoco,
con tu sabor intacto en los labios

viernes, enero 12, 2007

Malditas obsesiones !!!

A últimas fechas se ha dado a conocer que el Gobierno del Distrito Federal manifestó su intención de hacerse de una frecuencia radiofónica y una estación de Televisión, a los cuales se prevé destinar alrededor de 30 millones de pesos anuales, supuestamente para fungir como espacios en los que se exprese la pluralidad y la diversidad social.

El tema llama poderosamente mi atención por diversos aspectos, quizás el principal es que, para el caso de la radiodifusora, la frecuencia solicitada es el 105.7 de frecuencia modulada, conocida comercialmente como Reactor.

Esta estación es, hoy en día, una de las pocas opciones en el cuadrante que expone música (no entraré en debates sobre si ésta es buena o mala, sólo debo decir que me gusta) que representa una alternativa ante el resto de las estaciones, principalmente de radio hablada y música del mainstream; la cual, a pesar de tratarse de una emisora pública ha venido ejerciendo en sus 2 años de existencia importantes esfuerzos por difundir a nuevas bandas nacionales e internacionales, mismas que muy probablemente cobrarán importancia en tiempos venideros.

Más allá de que empatemos emocionalmente con lo que se expone en la frecuencia citada o no, es digno de llamar nuestra atención que esa pila de dinero que se destinaría a hacer programas de promoción para el presidenciable Marcelo, el “Presidente Legítimo” y todos aquellos personajes de la fantasía macabra en realidad podría cobrar mayor utilidad si se destinara a acciones más necesarias como el combate a la delincuencia, el pavimentado y bacheo de las calles y avenidas, el suministro de agua a las colonias necesitadas, etc...

No me atrevería a asegurar que lo que hoy ofrece el 105.7 es la mejor opción del cuadrante, pero de eso, a escuchar a los dueños de la “Ciudad de la Esperanza” decir que todo en la Ciudad de México es belleza y perfección, que no hay violencia, ambulantaje, gandallez excesiva, delincuencia, entre otras linduras, me quedo con Reactor (a pesar de que a veces programen a semejantes mierdas como Panda).

Y como dije en algún otro post, ya estuvo señores del Gobierno, déjense de idioteces y pónganse a trabajar en lo que realmente requiere atención inmediata.

miércoles, enero 03, 2007

LabA

Ayer recibí en casa un paquete que me confirma que, a pesar de que el Mundo se construye en base a presuposiciones, aún se puede hacer algo por revertir la tendencia.

Alonso Arreola (columnista, escritor y músico), ha emprendido un interesante proyecto encaminado a “quitar la paja” alrededor de la elaboración y distribución de un Disco. La teoría recae esencialmente en procurar que el arte llegue a manos de los interesados sin tener que pasar por todas las manos que sólo se encargan de convertirla en inaccesible, cara y, por azares del destino, en objeto de la piratería. En sus propias palabras, se trata de que el arte llegue a nuestras manos no por el hecho de haber pagado por ello, sino, por haber hecho algo que de algún modo conectara nuestra vida con la semilla primigenia que provoca el impulso artístico.

Así pues, basta con hacer donativos a una organización encargada de la defensa animal, comprar un disco o un libro, ir a algunos conciertos, etc. Encontrarán más detalles en www.labalonso.com

Entrando en materia, el disco por si mismo también se encarga de contravenir algunas preconcepciones relativas a éstos. Al tenerlo finalmente en las manos nos encontramos con que, no viene empaquetado como usualmente, en una caja de acrílico, sino en una especie de “sobre” de vinyl, dentro del cual encontraremos el disco envuelto en una pequeña manta decorada con serigrafía, acompañado por tarjetas que, haciendo las veces de booklet, cuentan, cada una, con ilustraciones para cada pieza, señalando en éstas, a su vez, los créditos correspondientes a cada track.

La obra se compone de 20 tracks (19 piezas y un silencio), en las cuales convergen diferentes estilos musicales, y cuentan con la participación de destacados músicos como Trey Gunn, Alejandro Otaola y Mónica del Águila, entre otros.

Un disco muy recomendable, ojalá puedan conseguirlo, y no digo nada más, para no generales una preconcepción sobre este…