Como  recurrentemente lo hago, acudí a uno de mis personales héroes, José  Manuel Aguilera buscando de el un remanso en medio de la más  reciente de mis vorágines.
 Como por arte de  magia, mis ojos llegaron a ese punto donde refiere a la guitarra como el  instrumento para entrar en contacto consigo mismo...
 Por diversos  azares, últimamente no había tenido la oportunidad de dejar que mis dedos  recorrieran mi querida Les  Paul hasta ayer, domingo y el resultado fue... catarsis completa,  una emoción tras otra, en secuencia a cada nota, cada compás, cada rasgueo, cada  efecto en mi sonido liberó a esos demonios que de vez en vez han venido a  habitar mi mente en los últimos tiempos...
 Busquen  esta  y... súbanle... 
 
 
 

1 comentario:
Ah sí presumido??? Jojojo...
Q bueno q hayas encontrado con q desahogar tu salvajismo por aquello del tabaco. Ya me estaba preocupando tu estado emocional!!! Ojalá algún día se me haga verte tocar.
Besos muchos, muuuuuchos!
Publicar un comentario