Esta mañana al verme al espejo, después de 3 intensos días laborales, el que encontré frente a mi tenía cara de no quererme ver, vaya, no parecía tener ganas de ver a nadie, lo cual me lleva a pensar si acaso somos lo que nuestra propia percepción dicta, o si, por el contrario, somos lo que la percepción que el resto de las personas con que convivimos determina.
En términos chicharroneros, ¿una foto nuestra es linda por el hecho de que nosotros pensemos que lucimos bien en ella, o porque alguien más lo cree?
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