Este año se cumple el XX aniversario de la fundación de una de las bandas icono de la música nacional, Caifanes. Formada originalmente por Saúl Hernández (Voz y Guitarra), Sabo Romo (Bajo) y Diego Herrera (Teclados y Metales), a quienes posteriormente se les unieron Alfonso André (Batería) y Alejandro Marcovich (Guitarra líder).
A la distancia, es difícil desconocer su existencia y más aún, la gran influencia que han venido constituyendo para las generaciones que los vivieron, así como para las subsecuentes.
Desde la salida de su primer álbum, conocido como Caifanes (o volumen I), su legado ha acompañado a diferentes generaciones, permeando en la labor creativa de otras bandas igualmente importantes como Santa Sabina y La Barranca.
Difícil es etiquetar su música, la cual se vio aderezada a lo largo de su carrera por colaboraciones de músicos tan importantes como Gustavo Cerati (3 Veces Heroico Maestro) y Adrián Belew (King Crimson).
A pesar de que al final de su carrera, la transmutación que sufrieron para convertirse en Jaguares no ha sido del todo afortunada, debemos celebrar la existencia de figuras de esa categoría, las cuales, a 20 años se notan difíciles de igualar.
Cierro este post con una canción que representó muchas cosas para ellos (quizás muy a su pesar).
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