Sinceramente dudo que sea una coincidencia pero últimamente me he visto en un ir y venir verbal que lleva como principal protagonista a “La Rockera” Alejandra Guzmán.
En mi día a día usualmente mis opiniones son editorializadas por mis interlocutores con un ligero levantamiento de ceja y / o una cara de “este ya anda en drogas” y fue precisamente una de esas opiniones la que desencadenó la persecución del mal Karma de Alejandra Guzmán hacia mi.
Usualmente quienes gustamos de la música somos un tanto exigentes y si bien tratamos de desprendernos de términos y etiquetas, también pretendemos que cada cosa esté dentro del nicho correspondiente, por tanto, cada vez que oigo que llaman a Ale (a partir de aquí le hablaré con cariño) “rockera” siento como que me patean en donde no da el Sol y hace poco se me ocurrió manifestarlo (siempre mi bocota) generando que uno de mis compañeros de oficina se convirtiera en prócer de la campaña en defensa de la Súper rockera Ale con la consabida discusión que finalizó, como siempre, con mi etiqueta de sectario y mamón.
Afortunadamente para remedio de mi atormentada y sectaria alma (la neta me valió, pero... ¿ suena grave no ?) me encontré un blog del WarPig que exponía una opinión similar, en términos mucho más bélicos que los míos, lo cual me llevó a uno de esos momentos que más disfruto, “las pequeñas victorias”.
Evidentemente he evitado el tema para no desequilibrar a las buenas conciencias pero cuídate Ale, porque te estaremos vigilando, y si eso es rock, remato colección de discos en buen estado.
Bajo esas condiciones no queda más que esperar que en algún momento veamos en un mismo foro a The Mars Volta y los de RBD (si, esos que se pintan la jetita con diamantina y chaquira)
lunes, julio 24, 2006
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