miércoles, noviembre 29, 2006

¿ Y tú dónde estabas ?

El día de hoy 29 de Noviembre se conmemoran 5 años de la muerte de Sir George Harrison, guitarra de una de las bandas fundamentales de la historia de la música, The Beatles, quien también participó en un proyecto conocido como Travelling Willburies, así como con algunas grabaciones en solista.

Cualquier cosa que pueda decirse sobre el maestro está de más.

Hace 5 años que se fue parte de la magia, aunque podemos conservarla en la valiosa obra que nos legó.

Para ese entonces yo me dirigía a través de Periférico a la Oficina, ubicada en Polanco. De repente, el locutor de la estación de radio que escuchaba dió la noticia, seguida por un breve silencio y una de sus piezas emblemáticas, “While my guitar gentil weeps”, ante eso, sólo quedaba regalarle un par de lágrimas.

Y tú dónde estabas ???

martes, noviembre 21, 2006

El día del Músico

El 22 de Noviembre de cada año se festeja el día del músico, va desde aquí una breve celebración para todos aquellos músicos de verdad, en especial para aquellos que en algún momento me han tocado el alma.

Obvia decir que se excluye de esta celebración a los pseudo músicos y mercachifles de la nota y rima fácil.

Mi amor por la música descansa primordialmente sobre la guitarra y todo lo que me permite sentir, por ello tomo prestadas las palabras de José Manuel Aguilera (Guitarra y voz de La Barranca) a dicho respecto, las cuales a su vez, me representan una innegable coincidencia de pensamiento con el.

“A los seis años me topé con una guitarra. Casi por casualidad. Fue un juego infinito e irrepetible, una seducción y un misterio. Hasta la fecha no sé determinar que es lo que me fascinó más: su forma, su nombre o la música guardada dentro de ella.

La guitarra es un instrumento de poder. Con ella se convoca a la música, de ella se extrae. Sus posibilidades rítmicas, melódicas, armónicas y de contrapunto la convierten, como dijo Beethoven, "en una pequeña orquesta portátil". Por ello sigue siendo el instrumento más popular de Occidente. Al electrificarse, estas posibilidades se potenciaron aún más, como lo demostró Hendrix al abrir su universo sonoro. Ese es el lado que me interesa. Por supuesto, hay quienes utilizan la guitarra de una manera lineal y se conviertan con ello en grandes velocistas. Pero para mí la guitarra es un orquestador, una paleta de colores. Una voz que canta melodías.”

martes, noviembre 14, 2006

Como dice mi papá…

Hace poco estuvo Gustavo Adrián Cerati Clarke de visita en nuestra ciudad para 2 presentaciones en el Palacio de los Rebotes (sic…).

Curiosamente durante los días anteriores al show, se desató un debate en “los medios” respecto a la edad del señor,”… no mames, tiene 47 años …” y chuladas de ese estilo que en realidad no tienen absolutamente nada que ver con la obra del Maestro.

Aunque la neta, si es un buen, lo cual, a su vez, contribuye a esa personal sensación de que estoy envejeciendo, ya que sigo la obra del Maestro desde que estaba en Soda (tempranas obras como “Cuando pase el temblor” hacían agitar mi infantil cabecita y rolones como “Vivo” hacen, a la fecha, que mis ojos se humedezcan extrañamente).

Esa pila de años siguiéndole me otorga la posibilidad de contar con un montón de imágenes de Gustavo en el escenario, desde aquellos momentos en que usaba un peinado ochenteno-a-la-Robert-Smith-con-harto-aqua-net, pasando por conciertos donde parecía que el tío estaba leyendo sus mails rodeado de laptops y otras maquinitas en el escenario, acompañado de una considerable panza de ñor, o momentos menos agraciados como ese donde salía acompañado de una sinfónica vistiendo una gabardina como del Principito.

Al Gus (así nos llevamos) ya lo había visto este año en el Auditorio Nacional en el inicio de la gira de su disco “Ahí vamos”, y aunque, si bien, el show que presentó es muy similar a la entrega de los días 7 y 8 de Noviembre en el Palacio, pareciera que vi a 2 artistas diferentes.

En éste más reciente se veía a un Cerati relajado, feliz, disfrutando como hace mucho no lo hacía su estancia en el escenario, ofreciendo una buena mezcla entre clásicos de Soda (Té para tres estuvo de encendedor y todo, nada de mamadas de prender celulares, encendedores como lo marcan los cánones) y una muestra muy representativa de su obra solista, con una banda que se ajusta adecuadamente a las necesidades de un genio como lo es el sujeto de este post.

Lo que vimos quienes asistimos esas 2 noches fue un show mucho más orgánico, básico, aduciendo a las columnas de la música (guitarras, bajo, batería y teclados, sin dejar de lado las programaciones y secuencias, aunque si quitándoles ese sitio preponderante que últimamente habían ocupado en los conciertos de Cerati).

No es un secreto que Gustavo es un gran guitarrista, pero, me cae que esa noche, si le hubiera ordenado a su guitarra que caminara, saludara o hiciera el muertito, seguro que lo hacía, ejecutó como el más grande.

Y en el escenario se veía como chamaco, todo entrega y energía, tal vez el no se ha enterado de su edad, o no le interesa.

Como dice mi papá… “Viejos los cerros..”