lunes, agosto 07, 2006

Bailando por…

Últimamente esto parece el quejódromo, pero creo que bien vale la pena señalar la basura a que estamos expuestos.

Bailar es una de esas actividades que generalmente tenemos reservadas para ocasiones especiales, máxime cuando ni es lo nuestro, ni lo disfrutamos ni podríamos hacerlo en completa sobriedad (no nieguen que después de varios tragos hasta hacen la filita y bailan la Bala y, si, también la de Caballo Dorado – si querían vomitar ahí está el pretexto -).

En nombre de las bodas, quince años y demás celebraciones donde se arma el baile podemos recrear nuestros sentidos por lo bajo viendo como el tío de alguien baila hasta el tronco las rolas de Shakira, Timbiriche y la Sonora Dinamita, y hasta resulta divertido, ahora bien, de eso a que tengamos que ver a una bola de personajes “bailando” como si se tratara de festival barato de escuela, ese es otro chisme.

Últimamente comerciar con la lástima y la pérdida total de vergüenza parece el deporte favorito de nuestra televisora menos favorita, lo cual, sin demasiado análisis tiene fundamentos devastadores:

® La lástima mueve montañas, cualquiera que se sienta jodido y compara su situación con la de las personas que aparecen ahí contando historias donde que te orine un perro podría ser considerado como mal menor siente particular alivio
® Existe una sobre exposición por todos los medios posibles al mentado certamen en turno, si no los vemos hasta en el baño ya es ganancia (a menos que entres a tirar la basura con un Tele Guía como material de lectura, lo cual asegura que hasta ahí los vas a ver)
® Participan los “famosos” de buen corazón, creando empatía con la noble causa

En otro blog ya habíamos quedado en que el libre albedrío permite todas las formas de expresión posible, pero la verdad que a mi no me late que la banda se tenga que humillar para que los “buenos” televisos les den un regalo que en realidad fue pagado por todos aquellos que caen en el jueguito.

Si a eso le aunamos que en el programa los jueces son gente sin la menor preparación (uno de ellos ni habla bien el español – y no es el candidato que organiza campamentos de verano -), seguimos jodidos, porque la mayoría de la gente acaba comprando esos role models y la cosa se pone fea.

Luego entonces, ¿quieren bailar?... por mi que lo hagan, pero no me expongan a esos espectáculos mientras estoy cenando, en todo caso que uno de los bonachones empresarios televisivos ponga su casa y ahí si, a bailar hasta que se les acaben los zapatos… y la dignidad como en el programa de TV.

Y lo peor… ni siquiera están ebrios… o sí ??

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