lunes, marzo 12, 2007

Y cómo quieres que me calme?

En inglés, la expresión chill out implica calma, sea que se mencione de manera implícita, o como una invitación para que alguien más le baje de watts. Asimismo, es también usada para referirse a un sub-género musical, derivado de las raíces de la música electrónica, caracterizada por una mezcla de beats bajos expuestos en conjunto con ciertos toques jazzísticos.

En resumen, podría ser el soundtrack oficial de cualquier tendencioso habitante de La Condesa, La Roma y similares, en su afán de ser cool. Hasta ahí, todo en orden, no es algo que me pudiera quitar el sueño o arruinar el apetito.

Mi problema con el chill out comienza cuando éste pretende invadir mis territorios sonoros. Me explico.

De un tiempo a la fecha alguien tuvo la “grandiosa” idea de realizar versiones chill out de la obra de artistas como The Beatles, The Rolling Stones y Pink Floyd, a los cuales, evidentemente les había huido, sin embargo, mi suerte cambió, cuando una compañera de trabajo tuvo a bien hacerme llegar una grabación de las versiones chill out de Floyd, derivado de que se enteró de mi gusto por la connotada banda británica.

Lo acepto, la intención de la tía fue buena, por lo cual me di la oportunidad de escuchar de qué se trataba, más que nada, para contar con suficientes elementos de juicio para criticar a gusto.

Durante casi una hora tuve el (masoquista) mal gusto de exponer a mis oídos a la tortuosa consecución de destructivos atentados en contra de la obra de los ingleses. Una tras otra, las letras de piezas como Comfortably Numb y Mother, eran tristemente interpretadas sobre una base predecible que les hacía perder toda esencia, con la adición de una aguda voz femenina que, para colmo, presumía de una fatal pronunciación del inglés, en fin, un desastre mayor.

Hasta donde puede llegar alguien en nombre del negocio, me pregunto si la gente de Floyd tiene conocimiento de esa aberración.

Chil out?… My ass!!

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