lunes, mayo 11, 2009

Cuanta razón

Como recurrentemente lo hago, acudí a uno de mis personales héroes, José Manuel Aguilera buscando de el un remanso en medio de la más reciente de mis vorágines.
 
Como por arte de magia, mis ojos llegaron a ese punto donde refiere a la guitarra como el instrumento para entrar en contacto consigo mismo...
 
Por diversos azares, últimamente no había tenido la oportunidad de dejar que mis dedos recorrieran mi querida Les Paul hasta ayer, domingo y el resultado fue... catarsis completa, una emoción tras otra, en secuencia a cada nota, cada compás, cada rasgueo, cada efecto en mi sonido liberó a esos demonios que de vez en vez han venido a habitar mi mente en los últimos tiempos...
 
Busquen esta y... súbanle... 
 
 

1 comentario:

Gabby dijo...

Ah sí presumido??? Jojojo...
Q bueno q hayas encontrado con q desahogar tu salvajismo por aquello del tabaco. Ya me estaba preocupando tu estado emocional!!! Ojalá algún día se me haga verte tocar.
Besos muchos, muuuuuchos!