viernes, mayo 04, 2012

de... Generaciones

Hará algunas semanas Juan Pablo Proal publicó a través de la revista Proceso un artículo titulado La generación Zoé (acá lo encontrarán)
 
Habrá, como siempre, quien esté de acuerdo y quien difiera, lo que es cierto es que se generó mucho ruido alrededor. Desde mi punto de vista es un planteamiento que se debe contextualizar en este momento histórico que claramente es distinto (por lo que se puede apreciar) a aquel que le ha tocado vivir al autor.
 
Podríamos coincidir en el hecho de que actualmente la música que la radio programa pareciera estar completamente deslactosada... Coritos algo insulsos por lánguidas vocecillas... Escasez de guitarras y compases regularmente lentos... Ahora, eso es, al final, una apreciación personal y no supone que le estén restando calidad o que por ello deje de ser aguerrida... Eventualmente el mensaje se transmite de muchas y muy diferentes maneras.
 
Polarizar el discurso es entrar en esa inútil espiral (que a nosotros también nos chocaba) que nostálgicamente rezaba que siempre el tiempo pasado ha sido mejor. Mensajes y formas de transmitirlos hay miles y, ni todos son (ni deben ser) suaves y delicados ni tampoco el 100% deben gritar abiertamente su descontento por todo.
 
Pensemos que la música por sí sola no genera mentes y pensamientos evolucionados (aunque sí que ayuda) y que se trata de un proceso integral compuesto de muchas variables (entre ellas los textos que se exponen) el que permite que esta y cualquier generación desarrolle criterios que permitan a esta sociedad evolucionar.

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