Viernes secretarial

A veces, en nombre de la sana convivencia en la Oficina, es necesario acudir a ciertos eventos. Tal fue el caso de la “comida” a la que fui invitado el viernes pasado.

Es difícil definir por dónde empezar, pero bueno, vamos por partes. La locación fue un jardín para eventos muy sofisticado, que entre otras cosas, incluye, mesitas en pleno pasto (sin tarima ni nada), un baño que, en si mismo es una joya, con un impresionante mecanismo de seguridad en la puerta conformado por un tabicón. A eso, agregar la fina decoración del citado sanitario, en la cual podemos apreciar un finísimo cuadro de gansitos vacacionando, muy cotorro, y un ramo de rosas artificiales de miedo.

Luego, la comida… bueno, el menú era variado, pero, que alguien me explique si el pápalo está de moda, o por qué carajos todo sabía a esa yerbita.

Meseros de chaleco negro con harto nudito y, según yo, la peor memoria del mundo, a los cuales había que explicarles una y mil veces qué tomo y cómo lo tomo (sin mucho éxito, por cierto).

Y bueno, la música. En todo momento me sentía como en un Barón Rojo (donde siempre es el día de la Secretaria) o algo así. A veces pienso que tendría que ser ilegal que pusieran canciones que impliquen el baile de los personajes a los cuales recurrentemente ves en la oficina.

Casi olvido mencionar que había un “Payaso para adultos” en el evento, con uno de los más somníferos shows que he podido presenciar en mi vida.

Como cierre monumental del evento, me vi tratando de sacar a un par de ebrios en franca necedad de quedarse en el local, mientras el dueño amenazaba con sacar a los perros (cabe mencionar que a esas alturas, los meseros ya estaban con cara de zaguán descompuesto, las luces ya habían sido apagadas y la música nos era procurada a través del iphone de uno de los ebrios en cuestión).

Según yo, nada más faltó que me intoxicara con algo, ustedes qué agregarían???